Es más lo que no conocemos del universo en el que vivimos, que lo que sí. Existe un mundo desconocido, un mundo imperceptible a los sentidos físicos que a los aventureros y buscadores de ¨la verdad¨ nos motiva descubrir.
La parte de nosotros que no conocemos está detrás de esa gran puerta que divide el mundo consciente del inconsciente. Éste último alberga todas aquellas imágenes arquetípicas, mitológicas y oníricas tanto personales como colectivas. Desde allí se origina nuestra realidad concreta.
La Kabbalah es una sabiduría que intenta explicar éstos misterios, el porqué y para qué estamos acá y como funciona la estructura de la vida en todos sus niveles. Es una mirada amplia de la existencia experimentándola desde lo energético, desde las leyes metafísicas y bajo la premisa de que la vida es multidimensional. Desde ésta visión se concibe que lo que sucede ¨afuera¨ (es decir la realidad manifestada) no es más que un reflejo del mundo interno de cada persona, y que todo lo ¨materializado¨ tiene su origen en la raíz energética que le da vida.
Este es sólo un camino más que busca conectarnos con ¨el más allᨠdesde ¨el más acá¨, aceptando todos los niveles de realidad por igual. Todas las Verdades unidas en su matriz nos conducen a la realidad única. Y ésto nos revela un camino de humildad en el que podemos llegar a la conclusión de que posiblemente ningún humano acceda a ¨La Verdad¨. Éste es un viaje que continuamente dispara metas mayores, en las que ¨lo definitivo¨ siempre deja una puerta abierta para una verdad que lo trasciende. La gracia radica en el recorrido, no el resultado, aunque el orden que se va revelando nos brinda conocimientos que poco a poco, nos permiten crear una vida más rica, plena, amplia e interesante en el plano de la forma.
Abrir esa misteriosa puerta y develar lo que hay escondido detrás puede ser apasionante. Quizás uno pueda encontrar cosas que nunca se hubiese imaginado. Lo que lleva a una persona a querer abrir esa puerta es el anhelo de algo más. Y éste anhelo de algo más simplemente llega o no llega, no es algo que se despierte a la fuerza. Sucede o no sucede, y en la mayoría de los casos, al principio es atravesando mucha incomodidad. Los tiempos de cada Ser son diferentes y ésto se debe respetar profundamente.
Ya no estamos en épocas de ¨creerle a¨ o ¨seguir a¨, sino de compartirnos herramientas los unos a los otros para que cada persona puede conectarse con su Maestro o Maestra interna y logre la autoguía. Descubrir el mundo interno de cada uno es una hermosa tarea personal, que luego se manifiesta en una evolución a nivel humanidad.